Tiempo de poesías made in Luis Guillón

Hace seis años que Dario Carvajal trabaja en el predio del club, y este año alcanzó su sueño de publicar un libro con sus poesías.

Apasionado de las letras, admirador de grandes como Federico García Lorca, Rafael de Leon, Julio Cortazar o Pablo Neruda, Alejandra Pizernik, y habitué de los “bares notables” de Buenos Aires, Darío Carvajal es un poeta oculto por el circuito de mainstream de las editoriales porteñas, o al menos hasta hoy. Seguro lo conocés, está siempre con una gran sonrisa recibiéndote en la puerta del predio de Luis Guillón. Ahora además lo podés leer.

“Toda pasión, antes de convertirse en tal, se manifiesta partiendo desde pequeños detalles, como las vivencias y su contexto” explica Darío acerca de como se hizo hinhca de Banfield. “A mi me toco de chico convivir en un hogar donde eran otros los colores.  Surge a mis 10 años, la necesidad de hacer alguna actividad física, mas allá de la desplegada en el “potrero”, vale decir, que me brindara cierta contención. Y mis padres eligen al CAB por cuestiones de cercanía, ya que vivíamos a unas 15 cuadras”.

Allí comenzó la historia de este poeta, con las exhibiciones de gimnasia, los partidos de babyfútbol. Por supuesto también ir a la cancha, donde a veces lo acompañaba su papá. “Mi lugar era la tribuna entre la Mouriño, que a diferencia de ahora, era para los visitantes, y las torres de transmisión, veíamos los tres partidos de 3ra, reserva y primera”.

¿Cómo surge lo de escribir un libro?

Tuve la dicha o la oportunidad cu ando era un chico, de contar con una amplia biblioteca en mi casa, pienso que el tener acceso a la lectura, marcó el camino, de ahí el deseo de volcar mis poemas en la forna de un libro estuvo desde siempre, como un sueño a cumplir, me decía a mi mismo, que mejor lugar para lo que escribía, que estar contenido entre dos tapas, a cambio de acopiarlos en un cajón. Entonces fue allá por el 2012, que me propuse concretar ese sueño que pude cristalizar este año.  Tuve participaciones en el Rincón Lírico del Café Tortoni, con las rondas de lectura de los poemas  que se llevaban a cabo una vez a la semana y que hoy están para compartir con todos.

¿Qué tipo de lectura te gusta?

Es muy variada, donde la poesía y el cuento ocupan un lugar especial, también aquellas sobre historias de lugares, personajes, costumbres, orígenes, patrimonio arquitectónico. Filosofía oriental entre otros.

Darío no desaprovecha la oportunidad de recitar poemas en eventos sociales o como ocurrió con la maratón de arte que organizó Utedyc, donde participó dos veces.

“Tiempo de Versos, por el hecho de ser mi primer libro, contiene todos aquellos poemas que fui escribiendo a lo largo de todo este tiempo caminado. Por eso no hay un tema específico sino variado, donde conviven los de mi adolescencia con sus utopías y criticas sociales con los los actuales que versan sobre el hombre el amor y desamor y algunos reflexivos. En la contratapa lo resumo como es lo que en estas páginas te brindo … un río de palabras a pulso de venas inquietas, palpitan en éste, mi Tiempo de Versos.

¿Como fue la experiencia de publicar?

Fue gratificante, viéndolo como una tarea de equipo, de otra manera no lo concibo, desde el apoyo del editor y sus diferentes áreas creativas, como así también la  tarea de la correctora, todos dispuestos en aportar soluciones. Todo concluyó, con mi primera participación en la última Feria Internacional del Libro.

¿Y del Taladro? Ídolos, momentos…

No podría elegir un ídolo, tendría que hablar en plural, ya que cuentan los que tuve de chico, donde los disfrutaba durante los partidos y especialmente en lo cotidiano de los entrenamientos, que se hacían también en Peña y Arenales; los veía y escuchaba pegado al alambrado. De lo cual recuerdo algunas anecdotas. Te voy a dar estos nombres: Edilberto Righi, el “Mono” Zárate y “Garrafa” Sanchez. Como hincha, el mejor momento sin duda fue cuando salimos campeones y tener la satisfacción de festejarlo junto mi hijo.

El libro tiene aspectos de la vida de Darío, momentos que se le ocurrieron de observar a las personas en los bares notables de Buenos Aires, e imaginar sus historias, o incluso de momentos vividos en el predio, como “Los últimos del potrero”, que surgió con un comentario de Walter Fayanás. “En una oportunidad uno de los escritores en las reuniones del Tortoni me dijo que uno es tal, una vez que publica un libro. Si bien es un hecho en sí, creo que llegar a serlo es siempre una consecuencia de, y yo estoy simplemente recorriendo el camino. En la vida aunque lo parezca nada se consigue solo sin esas causualidades que te ofrece la vida.  Dicho esto, el mejor momento fue poner en las manos de mi hijo, lo que di en llamar “Tiempo de Versos” todo lo demás se da por añadidura”.

 

Por Hernán Bañez.