Últimas fechas del año

Los primeros ¾ del año estuvieron cargados de grandes acontecimientos artísticos, importantísimas muestras de artes visuales comprendieron la grilla de la agenda cultural de Buenos Aires (ojala con los años la llegada sea a nivel nacional, pero hoy en día son casi nulas las políticas federales que lo fomenten) ofreciéndole a los consumidores una amplia variedad de muy buenas propuestas. Para el último periodo, les recomendamos las siguientes imperdibles muestras.

En el Museo Nacional de Bellas Artes se podrá ver hasta la 15 de diciembre la grandiosa muestra: Caravaggio y sus Seguidores.

La muestra está comprendida por un total de 22 obras, de las cuales del gran maestro barroco italiano hay 7 y el resto pertenecen a sus seguidores, entre quienes se cuentan italianos y franceses. Las pinturas provienen de museos italianos y colecciones privadas de ese país, de Gran Bretaña y de Malta.

Caravaggio fue un pintor extraordinario, cuya influencia ha sido crucial en la pintura europea. Clara muestra de ello es la calidad de las obras de sus seguidores que integran esta exposición en el MNBA.

Nunca antes se había realizado en América latina una exposición de esa importancia dedicada a la obra del artista. La exposición se incluye en el marco de la conmemoración del cuarto centenario del fallecimiento del maestro, que dio lugar desde el 2010 a exposiciones y debates en diferentes ciudades del mundo.

En Fundación Proa hasta el 9 de enero , una selección de lo mejor del escultor suizo Alberto Giacometti

Esta fantástica exhibición es la primera muestra retrospectiva montada en Sudamérica, con más de 130 piezas que recorren el derrotero del artista fallecido en 1966.

Varios de estudios del cuerpo humano posteriores a sus experiencias con el arte Africano se pueden apreciar en la muestra, donde las obras expuestas fueron traídas desdela Fundación Albertoy Annette Giacometti, radicada en París, en una selección curada por Véronique Wiesinger.

El trabajo con el volumen de las figuras creadas, en general chatas, es una de las señas particulares de la obra de Giacometti. También, el minucioso trabajo sobre las cabezas de sus personajes. La curadora de la muestra,la francesa Véronique Wiesinger–también directora dela Fundación Giacomettide París–explicó la recurrencia del artista suizo en esculpir y pintar cabezas: “Encontraba la vida en las cabezas. Porque ellas tienen los ojos. Allí es desde donde la energía se dispersa. Ese era el foco al que Giacometti atendía. Porque él intentaba capturar la vida como estaba dentro del modelo en ese momento, a través de los ojos.” Esculturas como El hombre que camina se convirtieron en íconos del siglo XX. Pero además, podrán verse, desplegadas en seis salas, algunas pinturas del suizo, así como utensilios diseñados por él –algunos para la familia argentina Born– y trabajos encuadrados en su época surrealista.

 

En Faena Arts Center Franz Ackermann.

Experimentando con prácticas inspiradas en la deriva situacionista y la psicogeografía, se vale de fotografías y bocetos que realiza a lápiz, tinta o acuarela, tomados durante sus viajes, para realizar mapas mentales. No se trata de reproducciones miméticas, sino de una síntesis entre el mundo físico y el psicológico.

A partir de éstos, compone sus instalaciones de gran escala, conglomeraciones de colores vibrantes que enfrentan al espectador con una perspectiva colapsada de espacios pictóricos, geográficos y arquitectónicos.

Para Ackermann sus travesías y experiencias son parte del proceso creativo.

Se presentará enla Sala Molinosdel Faena Arts Center, su último trabajo: un site specific de 260m2. Para la realización del mismo, el artista viajará a Buenos Aires, donde fotografió los puntos emblemáticos de la ciudad para realizar un nuevo mapa mental.

A partir de sus registros, trabajó durante dos meses componiendo su mural, que consta de 25 paneles de madera pintados, que serán posteriormente montados en la sala.

En el Hotel de los Inmigrantes de Buenos Aires, Christian Boltanski.

El artista francés resucita los “fantasmas” del antiguo Hotel de los Inmigrantes de Buenos Aires, por donde pasaron miles de extranjeros en la primera mitad del siglo XX, con el montaje “migrantes”, que se exhibe en este histórico edificio de la capital argentina.

La instalación, especialmente diseñada para este inmueble, primera parada obligada de los inmigrantes que llegaban a la capital argentina hasta la década de los 50 del siglo pasado, se enmarca dentro del ciclo “Boltanski Buenos Aires”, que incluye otras dos intervenciones y una exposición de obras del artista francés.

En una atmósfera oscura y agobiante, que el espectador advierte en su ascenso al último piso del recinto, construido en 1906, el artista recupera las historias de los inmigrantes que recalaron en este singular hotel del puerto de Buenos Aires, clausurado en 1953, hoy convertido en Museo y muy próximo a las nuevas oficinas dela Dirección Nacionalde Migración.

Con toda esta información, no hay excusas para decir que en Argentina no hay muestras de primera calidad. No se las pierdan.

 

Por Martín Liberatore