Podía ser una gran noche, y así lo fue. Joan Manuel Serrat desplegó su magia (musical) en el Lencho Sola. El catalán, célebre hincha del Barcelona, tocó en la cancha de Banfield en el marco de los festejos por el 150 aniversario del Partido de Lomas de Zamora, y fue el segundo recital de este tipo, luego del que brindara en abril de este mismo año Joaquín Sabina.
En una magnifica noche primaveral, y ante más de 32 mil personas, Serrat subió al escenario montado de espaldas ala tribuna Valentín Suárezpoco después de las nueve de la noche, y de que el Intendente Martín Insaurralde diera un breve pero muy emotivo discurso de bienvenida al público.
El show abrió con “Hoy puede ser un gran día” y “De vez en cuando la vida” (dos de sus grandes obras) y no perdió oportunidad de dejar en claro donde estaba, cuando al saludar dijo “Estoy muy feliz de que se hayan acordado de mí para festejar el aniversario de la ciudad, y de que sea en un lugar tan especial como la cancha del Taladro”.
El Nano logra una comunión especial con el público: Además de ser un gran compositor y cantante, es un poeta que logra acaparar la atención por completo cuando habla frente a una multitud. Y es que esos monólogos, son verdaderos relatos, profundos y emotivos que tocan la fibra mas profunda del publico presente, sea o no, seguidor de antaño de su obra.
Esta presencia narrativa se hizo muy fuerte en la noche banfileña cuando hizo la introducción a su tema “Nanas de la Cebolla”, tema inspirado en la obra del poeta español desaparecido por “las atrocidades del régimen de Franco”, Miguel Hernández. “Fue un extraordinario poeta, que vivió absolutamente cómplice de la realidad del tiempo que le tocó. Creo que hoy estaría celebrando con nosotros esta fiesta solidaria”, dijo Serrat, al tiempo que recordó que grabó parte de esta obra “el mismo año que el Taladro salió campeón”.
Es que Serrat tiene un fuerte compromiso político atono con las políticas nacionales en materia de derechos humanos. Serrat fue un opositor a la dictadura deFrancisco Francoen España y aun hoy recuerda y denuncia sus actos: Durante “Para la libertad”, se proyectaron en la pantalla del escenario recortes de diarios de la época franquista que mostraban la postura de diferentes medios sobre esa dictadura.
Es que justamente, si el recital fue sencillo desde lo audiovisual, fue muy potente desde lo conceptual, ya que en esa pantalla se podían ver imágenes diseñadas para el show que coqueteaba con el Art Nouveau o el postimpresionismo, entremezcladas con varias fotografías y animaciones. Toda una muestra pictórica en movimiento.
El recital se prolongó por más de dos horas y no faltaron las clásicas “Mediterráneo”, “Aquellas pequeñas cosas”, “Esos locos bajitos”, “Se equivocó la paloma”, “Penélope”, “Tu nombre me sabe a hierba” y “Cantares” que abrió el camino al cierre con dos falsos bises, demás de algunos temas de “Hijos de la luz y de la sombra”, su último disco. El show finalizó con las dos canciones más pedidas por el público: “Lucía” y “Fiesta”.
Con una excelente calidad de sonido y organización en los accesos, y así como dijimos con la presentación de Sabina en el Lencho, sin dudas este es el comienzo de una larga lista de recitales en esta excelente sede que es la cancha de Banfield, que beneficia a todos los habitantes del sur del GBA.
Porque en la cancha de Banfield ya no solo se dan vueltas olímpicas, ahora también hay recitales.
Por Hernán Bañez.