El pasado viernes 15 el Lencho Sola se vistió de fiesta (como siempre) pero en esta oportunidad se dio un toque de gala para recibir a Joaquín Sabina en un show internacional de primer nivel.
Unas 32 mil personas se hicieron presente para un recital organizado por la Municipalidad de Lomas de Zamora, en el marco de los festejos por el 150 aniversario del Municipio. El mismo tuvo una realización de primer nivel, con escenario, sonido, luces y vallado de acceso de igual calidad que otros estadios en Buenos Aires que brindan este tipo de espectáculos. “Feliz cumpleaños Lomas de Zamora, están viejos, pero no aparentan tantos años”, bromeó el cantante por tal motivo.
Sabina apareció en el escenario a las 21:00 con un “Buenas noches Banfield” dando apertura con “Esta noche contigo” al show que duró 2 horas y media. Dueño de un estilo propio, el español hace gala de su carisma -y aprovechando que carece de todo dote de showman- para emocionar y divertir al público junto a su particular banda, que además de ser músicos, queda a las claras que son muy amigos. Esta está compuesta por Pancho Varona, Mara Barros, Antonio García de Diego y “el aviador”, bautizado por las banfileñas de la primera fila. El humor, la interacción con el público y gastadas internas con “Panchito” hicieron una velada inolvidable, llena de menciones y recuerdos a amigos del medio y a su propia vida: Alegría y nostalgia mezcladas, como sello personal del compositor.
“Ahora entiendo como ganaron ustedes el torneo el año pasado” dijo el español dejando a las claras la calidez y alegría del público que lo recibió, que le respondió con el clásico “pan y vino”. Además sostuvo que “Me quedaba la deuda de hacer una así, una bien popular”, celebrando que el recital era gratuito ya que “se del esfuerzo que la intendencia hizo por esto”.
No desaprovechó la oportunidad de mencionar a su amigo del barrio: “Le prometí a Sandro que dejaría de fumar, pero todavía no pude”. Ni a Chavela Vargas con “Por el boulevard de los sueños rotos” o a Fito Páez con “Llueve sobre mojado”. Mucho menos de recordar cual es el clásico del sur en “No sobran los motivos” con un pequeño toque a la letra “que poco rato dura la vida eterna, por el túnel de tus piernas, entre Banfield y Lanus”.
Y en el cierre se retiró junto a sus músicos/amigos y se llevó sobre sus hombros la remera del Campeón que el público le arrojó. Con una gran organización dentro y fuera del estadio quedó claro que el Lencho es un escenario espectacular para este tipo de eventos. Ojalá sea el primero de una larga lista de recitales ya que es una excelente sede para todos los ciudadanos del sur del GBA, que así no tienen que trasladarse hasta el norte u oeste de la Capital Federal o a la capital de la Provincia.
Luego de pasar por otros éxitos como “Con la frente marchita”, “La del pirata cojo”, una versión reprise de “Y nos dieron las 10”, “Contigo” cerró con la genial “Pastillas para no soñar” con una advertencia: “Ahora tengo las llaves de la ciudad, así que voy a volver”.
Cuando gustes Joaquín, Banfield será tu casa. Una casa que cada día, es más grande.