El cine cuenta entre sus luces con perlas de todos los tiempos, como El acorazado Potemkin, de 1925 realizada por Sergéi Eisenstein, o el clásico de Michael Curtiz, Casablanca de 1942. Y no podemos dejar de mencionar Citizen Kane, de Orson Welles en 1941. Pero sin dudas una de las máximas joyas del cine moderno es la gran trilogía de Francis Ford Coppola, El Padrino.
El Padrino es una novela creada por el italoamericano Mario Puzzo en 1969. Puzzo fue un especialista en la mafia siciliana y “La cosa Nostra” que a los 49 años escribió su obra maestra. La novela, que originalmente fue publicada por Putman Son´s, fue un best seller de fama mundial en su momento (llegó a vender 21 millones de copias en ingles) algo similar a lo que paso años atrás con “El código Da Vinci” de Dan Brown.
El libro trata básicamente de la historia de una familia italiana que se radica en Nueva York durante la década del ´40. La misma cuenta de tres partes: la primera va de 1945 a 1955 y se trata de la historia de su protagonista, Vito Corleone, capo de la familia quien lleva el título de “El Padrino”, y sus cuatro hijos: Connie, Sonny, Michael y Fredo. La trama gira alrededor del relato de los códigos y vicisitudes de la mafia, como enfrentamientos con otras familias, como los Barzinis y Tattaglias.
Pero el el verdadero protagonsita de la historia es el joven Michael, el menor de todos los hermanos quien no quería participar del negocio familiar, ya que lo avergonzaba y deseaba continuar con su carrera militar luchando en el frente de guerra por los Estados Unidos. Cosa que era considerada una traición por su hermano mayor, Sonny, quien además era el heredero natural del título que ostentaba Don Vito.
Pero luego de un atentado que sufre su padre, su visión de las cosas cambia, y luego de vengar el intento de asesinato de Don Vito se ve obligado a exiliarse. Sonny es asesinado y como un llamado del destino, Michael ocupa el lugar dejado por su padre, que es dónde nunca querría haber estado.
Pero el nuevo Padrino es más astuto y sanguinario que su padre, y lleva adelante la aniquilación de las otras familias.
Esta historia fue la que motivo a un joven director norteamericano, Francis Ford Coppola, de tan solo 31 años, a adaptar la novela en un guión cinematográfico. Y lo hizo junto al autor de la novela. De esta manera, Coppola y Puzzo echaron manos a la obra y la primera película de la saga vio la luz en 1972, la que fue un éxito rotundo y le significó ganar tres premios Oscar, entre ellos el de mejor película.
Para el film, Coppola reunió a un grupo de actores liderados por una gran estrella, como Marlon Brando en el papel de Don Vito Corleone, y a un grupo de jóvenes promesas como Al Pacino, James Caan, Robert Duval y Diane Keaton. Lo curioso es que Brando solo le llevaba 16 años (tenia 46) a los actores que hacían de sus hijos (Pacino y Caan con 30) pero la caracterización es tan fabulosa que ni se sospecha la tan poca diferencia.
El proyecto fue presentado a la Paramount Pictures, productora que no quería contratar a Brando por sus reconocidas excentricidades. Pero finalmente accedió, bajo un estricto contrato y la condición de pagarle tan solo dos millones de dólares. Se dice que el comportamiento de Brando durante el rodaje fue impecable.
Debido al éxito de la película, en 1974 Puzzo escribe el guión de la segunda parte que (ahora con mas ganas y confianza debido al suceso de la primera) iba a producir la Paramount, pero originalmente Coppola no la quería dirigir debido a los problemas que tuvo con la productora en la primer parte. De hecho estuvo a punto de realizarla Martin Scorsece. Coppola y Puzzo escribieron dos historias en paralelo, Puzo una orientada en la década del ´20 que trata sobre la llegada del joven Vito (interpretado por Robert De Niro) a Nueva York, y Coppola, otra historia orientada en 1958 y 59, dónde, entre otros sucesos, Michael está de visita en Cuba durante la revolución.
Dieciséis años más tarde, en 1990, llega la tercera y menos celebrada película de la trilogía. Esta película muestra a un muy influyente Michel Corleone, y la lucha por mantener el poder, dejando como heredero a Vincent Manzini, un hijo no reconocido de su hermano Sonny, quien tiene un tórrido romance con su hija (y por ende prima) Mary Corleone. El papel de Vincent es interpretado por un brillante Andy García y el de Mary, por una criticada -y hoy gran directora- Sofía Coppola, hija del director.
Esta película trata sobre las culpas y la crisis emocional de Michael debido a todos sus crímenes, sobre todo el asesinato de su hermano Fredo. De su fracaso como padre y marido, y revela un entramado de oscuros negociados con el Vaticano, desenlazando en un fin trágico para la familia Corleone.
Luego de esta tercera parte, Coppola se negó a realizar una cuarta entrega que quedó definitivamente trunca con la muerte de Puzzo en 1999.
Algunas curiosidades de la saga: Robert De Niro, quien interpreta al joven Vito Corleone en la segunda parte, había sido propuesto para interpretar a Sony en la primera, pero él mismo la desecho por otros proyectos.
La primer escena de la primera película, en la que Don Vito habla con Bonacera y se resuelve con la célebre escena de la cabeza del caballo, no iba a ser incluida en el guión original, pero la insistencia de Brando logró que finalmente se filmara y fuese una escena memorable de la historia del cine. De hecho, el gatito que tiene en sus manos ni siquiera figura en el libro, sino que el felino estaba dando vueltas en el set y Brando decidió probar una toma con él en las manos. El resultado fue tan impactante que quedó seleccionada.
También es interesante contar que el personaje de Johny Fontane está ligeramente inspirado en Frank Sinatra y que el pueblo de donde es oriunda la familia de Al Pacino, se llama Corleone y queda en la isla de Sicilia.
Existen múltiples historias y hechos vinculados a El Padrino, como cuando Marlon Brando rechazó el Oscar a mejor actor y envío a una joven activista india, Sacheen Littlefeather, quien dio el mensaje de Brando argumentndo en su discurso contra la escasa representación de los indios americanos en Hollywood. Pero todas estas historias merecen un libro aparte, nosotros en MOEV decidimos contar solo esto.
El Padrino es una obra maestra creada por estos dos genios, Puzzo en la literatura, y Coppola en el cine. Ya sea leyendo la novela o viendo la trilogía, es una pieza de la cultura que nadie debería darse el lujo de perderse, porque es un clásico, porque es atemporal y porque redescubre día a día la mejor manera de respetar al cine.