La poesía es la única verdad

pajarosPara iniciar esta rueda de difusión del arte banfileño, hoy compartiremos la obra de Daniel Laneri, un artista multifacético que conjuga perfiles de escritor, autor de obras de teatro y comunicador radial, entre otras. Ha ganado varios premios por sus trabajos como los Premios San Francisco de Asís (mejor programa cultural radio) Premio ACE 1993 (Con “Sangre del pueblo” interpretada por Alfredo Alcón y María Rosa Gallo) y 1994 (“Juan Barrientos, Herencias del exilio”, con  Miguel Angel Solá, Juan Leyrado y Hugo Arana) en ambos como guionista.

Daniel nos cuenta que ha propuesto hacer un espacio como MOEV a diferentes medios de la zona y no ha tenido suerte, porque “parece que como decís, no entienden esto de “arte y rebelión…”. En esta oportunidad publicaremos un poema de su libro “Pájaros del Hambre” que lo propone “para que lo usemos de estandarte verde y blanco”. Actualmente tiene 45 años, y heredó el amor por Banfield de la cuna, así nos lo hace saber en el saludo que quiere compartir con todos nosotros: “Un abrazo a todos los soñadores de corazón verde campeón… Porque mi padre murió con este sueño que todavía esperamos…”

Comunicado Lírico

Sueñe, compadre.
Con los ojos cerrados o abiertos,
como quiera.
Si le da mucho miedo,
debajo de la almohada,
o si le da más miedo
enciérrese en el baño,
pero sueñe compadre.
Si puede abrir los ojos
con el sueño en la sangre
es probable que entonces
cuando ande por la calle
se tropiece peatones
que sin sueños caminan
hacia ninguna parte,
o bien
se lleve por delante
los taxis, los semáforos,
los teléfonos públicos,
los baches del asfalto
que son, ni más ni menos,
las heridas sin sueños
que tienen las ciudades.

Sueñe compadre,
sueñe siempre lo grande.
Para achicarse hay tiempo
cuando ya los pulmones
no quieran respirarle.
Sueñe compadre,
tan ridículamente como pueda
tan imposible como le parezca;
que lo miren, compadre,
en la vereda
y le esquiven el paso
esos que nunca sueñan.

Véalos a los ojos,
cuénteles que la vida
no se mide en monedas;
reviente los botones
de todas las braguetas
y que los pantalones
se vayan a la mierda.
¿A ver qué pasa entonces?
Porque desnudo el mundo
que no tiene quimeras
no va a poder andar
con esos pantalones
trabados en las piernas.

Sueñe, compadre.
Sueñe todo, carajo,
sueñe hasta que se muera.
Y después que se muera
sueñe más;
hasta que no le alcancen
las nubes de la tierra
y Dios lo eche del cielo
por revolucionario.
Que no hay tipo más libre
que el que sueña lo nunca,
lo prohibido, lo nada,
lo imposible, no necio,
lo discapacitado,
lo morboso penable,
lo insurrecto,
lo no soñado aún
ni por decreto.
Todo lo puede aquél
que sueña contra el miedo
importándole un bledo
que venga un telegrama
de despido
del empresario dueño
de la empresa de sueños.

Así, desocupado,
¡Sueñe compadre
único y alado!
Salga a volar
encima de los pobres
que van por la vereda
resignados
(De los pobres de alma
estoy diciendo).
Tire volantes
que tapen la hojarasca
de la sucia visión
que nos vendieron.
Volantes que proclamen:
SUEÑE COMPADRE
AUNQUE LE DIGAN BASTA
               Que la gente se ensucie
las manos y el silencio.
Va a ver que más de uno
saldrá a soñar a gritos.
Entonces si, compadre:
comerá de su huerto,
y habrá salvado al hijo.

DANIEL LANERI  (Del libro Pájaros del hambre, de 2007)

Para comprarlo: http://www.lulu.com/content/1024058

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