Banfield bailó dentro y fuera del campo de juego. Del otro lado del alambrado, los corazones se revolcaban de alegría, la garganta no paraba de cantar. Bailabamos al compas del  4 a 1, al pulso de la sangre charrúa, al ritmo del candombe uruguayo, con la solidez y la soberbia, de un "chico" que cuando te querés acordar, te chanta en la cara que ya es grande. Muy grande.\n\nEste 4 a 1 a River nos lleva a otros resultados parecidos: en 2002 abandonaron tras haberse comido 5 goles y sin haber podido convertirnos ni uno. En 1951 también cayeron en el Florencio Sola. Esa tarde, la hinchada del Taladro les arrojó una gallina al campo de juego, así que se fueron de casa con una derrota y con un apodo que les quedaría de por vida.