domingo, 14 de agosto de 2005 - 19:44

Otro cero a cero que revela más virtudes que defectos

 \n\nEl equipo del "Gato" Leeb fue superior al cervecero pero no pudo plasmar en la red dicha supremacía.\n\n \n\nPese a haber sido superior al rival y a haber creado varias chances para convertir, Banfield debió conformarse con tan solo un empate, resignando de esta manera dos puntos en condición de local, ante un rival débil y timorato que jamás llegó a inquietar la valla defendida por el arquero Santillo. Porque sin haber desplegado un fútbol de alto vuelo, fue el equipo del "Gato" Leeb el único que intentó algo sobre el verde césped, y de no ser por la falta de puntería de sus delanteros -especialmente Cvitanich- debió haberse quedado con la victoria.\n\nY de este segundo cero a cero consecutivo (igual resultado que en la fecha inicial en Avellaneda), pueden sacarse conclusiones, tanto en el aspecto positivo como en el negativo.\n\nPara empezar por el planteo elegido por el DT para afrontar el encuentro, hay que resaltar que sorprendió la no inclusión de Jesús Dátolo desde el inicio, en la misma posición que tan bien había rendido en el partido contra Estudiantes porla Copa Sudamericana.En esta ocasión, Carlos Leeb eligió ubicar allí al volante juvenil Santana, de características más defensivas y menos agresivas, denotando de esta manera un planteo, a priori, más cauteloso. Ello, sumado al "descanso" concedido al uruguayo Lujambio, mas la decisión de seguir postergando a Federico Barrionuevo llevó al Taladro a carecer de volumen de juego. Sin embargo, de no ser por el palo que le negó la apertura al cabezazo de Civelli y por la mala puntería de Darío de Cvitanich (¿heredó la mufa de Ceballos?), Banfield debió irse al descanso en ventaja; el delantero tuvo dos chances claras: en una cabeceó a quemarropa a las manos del arquero, y en la otra, encaró, y cuando enfrentó a Ramírez, la tiró para un costado (Luego alegó que se la pidieron).\n\nEn el complemento, con le ingreso de Dátolo, y luego de Barrionuevo, El Taladro potenció su dominio. Las situaciones se crearon, pero se falló a la hora de convertir. Un remate de Dátolo entrando por izquierda salió por arriba; un tiro libre del mismo Jesús, fue sacado al corner por el arquero; un remate de Barrionuevo con destino de red, pegó en un defensor; una volea de Cvitanich, a metros del arco, se fue por arriba del travesaño; y un remate del mismo Cvitanich salió rozando el palo, cuando Barrionuevo entraba solo sin marca por la derecha. ¿Quilmes? Nada de nada. En la única que llegó, la tapó Santillo pero estaba invalidada por posición adelantada....\n\nObvio que el empate no dejó conforme a los dirigidos por Leeb, ya que por lo expuesto en el terreno de juego, habían hecho méritos para alzarse con la victoria. Como positivo vale rescatar que Lucchetti tiene bien cubierta las espaldas con Santillo; que la defensa -sumando el partido de la Copa- lleva 3 encuentros sin que le conviertan; que Civelli y Sanguinetti dan garantía de confianza; que Leiva, si quiere, puede; que tenemos material como para generar juego y soñar con algo mas, pero para eso hay que respaldar y darle confianza y continuidad a los máximos exponentes que tenemos en este aspecto: Jesús Dátolo y Federico Barrionuevo. Y aquí me voy a referir a la faz negativa. Porque no se entiende que no se les de la titularidad desde el minuto cero, ese empujón de confianza, ese respaldo de tranquilidad que deben recibir desde el banco para poder explotar todas sus virtudes futbolísticas. Con ellos en la cancha, el equipo es otro, exhibe un juego distinto, con una actitud diferente. Por eso sorprendió que en el planteo inicial, no se haya mantenido a Dátolo -como en la Copa contra Estudiantes-, a lo que cabe agregar que no parece del todo acertado ponerlos como "salvadores" cuando el tiempo y las urgencias apremian. Siguiendo con lo que quedó de negativo de este pobre empate, es inevitable referirse a que no podemos darnos el lujo de darle descanso a Lujambio, ya que sin Josemir, el equipo pierde demasiado peso en la ofensiva. Y para terminar con lo negativo que nos dejó este fin de semana, tan solo hay que resignarse a que el mejor jugador de Boca, autor de un gol, y la asistencia del otro, pasó de nuestra institución a la de la Ribera en la suma de U$S 200.000 (¿Es comparable a lo que pagó el mismo club por un lateral de 27 años, que nunca jugó en ninguna selección, y pasó por la suma de U$S 1.600.000 + 25% del pase de Ortiz + préstamo de Álvarez?), y que nuestros vecinos de Avellaneda, ya se relamen con un pibe proveniente de nuestro semillero, que en solo 15´ metió una asistencia bárbara, y mostró todas las cualidades propias de un verdadero crack, al cual incorporaron por al suma de U$S 800.000. ¿Tan tontos somos? -¿Impericia, negligencia, apuros económicos, o...?- Lo de apuros económicos lo descarto, porque si el pase de Armenteros estuvo a punto de caerse, no era de suma urgencia realizarlo. Además, ¿Entonces para que se vendió a San Martín y antes a Barbosa? Por lo tanto, creamos que se trató de una impericia (En el caso de Bilos de una enorme y descabellada negligencia). Es preferible pensar que se trató de algo así. Aunque cueste creerlo. Aunque los números hablan por sí solos. Aunque nos duela. Es la realidad.