"Hay que tomar decisiones: una es dar por finalizados los torneos para que queden determinadas las clasificaciones a las copas. La otra es mantener las plazas que otorgaban la Copa Superliga y la Copa Argentina, que se jugarán cuando la salud nos dé la oportunidad. La Copa Superliga seguramente se jugará con otro nombre. Y, después, definir todos los ascensos de todas las categorías. Entiendo que se va a definir de la misma manera: los ascensos se van a definir en el campo de juego, como debe ser. Tenemos que definir cómo se jugará en cada categoría" aseguró el pope.

Y anticipó que también en el segundo semestre de 2019, a partir de 2020 se modificará el calendario de disputa. "La idea es volver a un calendario anual como tiene Sudamérica, de enero a diciembre. Mañana se va a someter a votación en el Comité Ejecutivo", indicó y apuntó: "La idea es mantener los promedios". Por su parte, remarcó la postura de no apresurarse con el regreso de la actividad. "Somos respetuosos con las medidas que toma el Gobierno y hay que cumplirlas. Cuando el fútbol dejó de jugarse no fue por decisión de los dirigentes del fútbol argentino, sino por una decisión del Ministro de Salud. El ser humano está primero. Si nosotros tomamos una decisión apresurada y se da un contagio, retrocederíamos al 10 u 11 de marzo y sería un papelón. Todos queremos que el fútbol vuelva, pero habrá que esperar. Primero la vida", señaló.

De esta, Banfield fue uno de los pocos clubes que llegó a jugar un partido de una copa que nunca existió. Y de alguna manera, lejos de alejarse del torneo de 30, el fútbol argentino tendrá un torneo de 26. Las decisiones de AFA siguen sin rumbo.