Algunos
proponen poner el nombre del estadio, Julio César Falcioni, otros que defienden
el fútbol lírico, también se rinden a los pies del Emperador que es una máquina
de conseguir buenos resultados. En su primera conferencia de prensa en el
estadio, el propio entrenador, en su retorno al club anticipaba lo que iba a
suceder. Consciente de la situación delicada que atravesaba Banfield
deportivamente, se animó a decir que su equipo no iba a jugar lindo pero que
iba a conseguir resultados. El comienzo no fue el esperado, con las derrotas en
casa ante San Lorenzo y Atlético de Tucumán, pero luego vino la mejor versión,
sobre todo en resultados. La deuda está en el rendimiento, en cómo se consiguen
en esos puntos, pero Falcioni avisó y eso tiene un valor agregado. El equipo no
tiene juego asociado, le cuesta ser protagonista y generar muchas situaciones
de gol, pero sabe golpear en los momentos justos y luego aguantar los partidos.
El cuerpo técnico sabe que hoy la prioridad son los resultados y que el buen
juego llegará sin presiones y con el equipo jugando por cosas importantes como
clasificar a una Copa Sudamericana. Falcioni sabe cuál es la fórmula del éxito
y el Taladro es su lugar en el mundo.