¿Dejaste de fumar completamente?.

-Dirigiendo con los nervios y tensiones es difícil dejar de fumar. Yo había dejado de fumar y en el transcurso de la recuperación, cuando hice quimioterapia y rayos, después de tanto esfuerzo, me dijeron que seguía igual, y ahí dije se va todo a la mierda y arranque otra vez a fumar. Después me hicieron una biopsia y salió que no tenía nada. No hago las barbaridades que hacía antes, pero sí es algo pendiente que tengo. Reconozco, te podría mentir.

¿Cómo te enteraste de la enfermedad que tenías?.

-Yo entré para hacer una operación de rutina programada y sacarme unos nódulos. Era una operación de 1 hora o 2 como mucho, tenía pensando irme de vacaciones a los tres días. Fueron 15 horas de operación y 15 días en terapia intensiva. De la nada me encontré con algo muy grave. Entre a las 8 de la mañana y a mi familia la informaron 10 de la noche. Tuve 15 días en terapia, empecé los tratamientos de rayos muy agresivos. Hice quimio, después tuve neumonía y algunas cosas más. Con fuerza y apoyo de la familia pude recuperarme. Fue muy difícil para mí. El tratamiento es muy complicado, me lo habían dicho, pero realmente es muy agresivo para el cuerpo. No comía, lo hacía por el estomago. Una vez que terminó el tratamiento empecé a comer, el primer día frené con el auto y me comí una hamburguesa, hacía 4 meses que no comía nada por la boca. Estaba desesperado. Fue muy duro, pero aparentemente, yerba mala nunca muere (risas).

Amagaste a decir que, después de Lanús, era tu último partido en Banfield.

-Yo tengo el ofrecimiento de la dirigencia de ser manager, pero estábamos muy complicados con los promedios. No creía que era la solución sino tomar las riendas del equipo. Después del clásico, la emoción, jugamos casi un tiempo con un hombre menos, ahí dije que podía ser mi último partido. Pero se ve que mi familia no me quiere mucho y me dijo, seguí trabajando.