Los veranos en Banfield no suelen
ser para nada tranquilos, pero en esta oportunidad las desalentadoras noticias
no dan respiro.
Durante la última parte del año,
se produjo una pelea entre Bertolo y Falcioni que era un secreto que no pudo
ser guardado por mucho tiempo por el malestar general que se estaba viviendo.
Esto terminó primero con uno de los jugadores más caros del plantel sin jugar
ni entrenar y después con la salida de todo el cuerpo técnico del club.
La anarquía dirigencial permitió
que el Taladro viajara a Santa Fe para enfrentar a Unión con un plantel plagado
de juveniles, ya que varios jugadores se “lesionaron”, como por ejemplo Julián
Carranza que mostró en las redes sociales una foto en Madrid viendo la final de
la Copa Libertadores.
Rápidamente, la dirigencia tenía
que buscar una solución mediática para sacudir el mercado y para ello le dieron
la llave del fútbol profesional al profe Alejandro Kohan para que conforme un
nuevo cuerpo técnico.
Kohan quiso traer en primera
instancia a Walter Erviti a hacer su primera experiencia como entrenador en el
club, pero el rechazo popular fue unánime. La segunda opción fue Milito pero
como no quiso que le armen el cuerpo técnico decidió no venir.
Finalmente la balanza se inclinó hacia el lado de Hernán
Crespo, un DT sin experiencia en el fútbol argentino y que ni siquiera estaba
viviendo en el país pero con buena llegada a los medios nacionales y que aceptó
que le armen el Cuerpo Técnico con el hijo de Kohan incluido y el Profe como preparador
físico.
Esa estrategia de marketing duró
muy poco porque comenzó la sangría de jugadores como Danilo Ortíz y Enzo
Kalinski que se fueron del club a cambio de la deuda que Banfield mantenía con
ellos o Mauricio Asenjo que se quedará nuevamente a préstamo en Independiente
Rivadavia.
Mauricio Arboleda es uno de los
apuntados a vender y Darío Cvitanich está a punto de firmar con Racing, que se
haría cargo de la deuda de más de medio millón de dólares que Banfield tiene
con el jugador que más goles convirtió en el año.
Apenas dos meses después de haber
presentado un balance superavitario, de “haber saldado todas las deudas” y de
tener “el club saneado” corremos el riesgo de la quita de puntos por no estar
al día con el plantel, aún no se han realizado incorporaciones cuando falta
menos de una semana para el inicio de la pretemporada y el futuro es tan
incierto que nuevamente se recurrirá al slogan “ADN Banfileño” no por convicción
sino por conveniencia e ineptitud.