miércoles, 21 de marzo de 2018 - 09:11

Un cuento chino, pero a la banfileña

Editorial por Soy de Banfield. Acuerdo, inversión, viveza. Banfield relega a sus jugadores por un lote de juveniles chinos que no conoce. Dinero a cambio de ¿algo?¿nada?. El análisis de la decisión de Spinosa a cinco meses de dejar el cargo.
Hace días nos vienen contando el gran beneficio de la inversión que un grupo chino hará en Banfield. En todos los medios nacionales se cuenta que Banfield formará alrededor de 40 orientales Sub 16 a cambio de U$S 2.000.000 de dólares por un acuerdo en juveniles. Y cuando todos los medios dicen lo mismo, es que la información sale a modo de gacetilla del área de comunicación que siempre tan bien le ha funcionado al spinosismo.
 
Entonces nos permitimos dudar y pretendemos saber un poco más del tema.  Es ahí cuando preguntando por los rinconcitos de Guillón nos enteramos que no todo es color verde dólar.
 
Este grupo inversor chino llega a Banfield de la mano de la empresa InStats que entre otras cosas desarrolló la aplicación de la SuperLiga para celulares. Después de un derrotero por varias instituciones y al ver la necesidad económica que atraviesa la institución encontró el lugar perfecto para dejar dinero  y sus jóvenes a cambio del uso de instalaciones, entrenadores e infraestructura del Club.  

Esos chicos se hospedarán en la pensión “Darío Cvitanich”, postergando a los pibes que actualmente están ahí, quienes deberán depender de que los representantes  alquilen departamento en Monte Grande o si realmente es considerado bueno, compartir el espacio con los chinos aunque no compartirán la cocina que van a construir para respetar la tradiciones asiáticas.
 
A groso modo pareciera ser un convenio con ribetes positivos para Banfield, pero gracias a esas charlas debajo de los árboles del predio Alfredo Palacios nos llevan a hacernos algunas preguntas:
 
¿Son realmente U$S 2.000.000 los que ingresan en Banfield o hay comisiones que pagar en el camino? ¿Es el monto que aparece en el contrato?
¿Cuáles son las verdaderas obligaciones del Club para con los chinos?  
¿Es una simple inversión para capacitar jugadores?
¿Por qué no se mostraron las bases y condiciones del convenio a ningún sector político ni a los socios?
¿Estamos antes una nueva privatización como la de la Sede donde el grupo inversor era Sport Club?
 
Sabemos que Eduardo Spinosa pidió el 50% por adelantado para cancelar deudas y que ese monto es mucho menor a U$S 1.000.000.  
 
Sabemos que ese monto es menor por que el acuerdo no es por los U$S 2.000.000 sino que se hace en base a los jugadores que se entrenen.
 
Sabemos que Banfield cambiará una matriz que nos dio grandes satisfacciones con nombres propios como Pico Hernández, Lucchetti, Bilos, Cvitanich, Cecchini, James Rodríguez, Civelli, Remedi, Juan Álvarez, Arboleda, Altamirano.  Ahora habrá que acostumbrarse a los “Chang”.
 
Sabemos que los chinos son la sociedad más antigua, conquistadora y de mayor proyección económica a nivel mundial así que creer que dejan millones de dólares a cambio de nada es una utopía.
 
Sabemos que no hay reuniones abiertas por que esconder es la clave del éxito.
 
Sabemos que la firma de este convenio es una nueva manera de generar ingresos efímeros. Pan para hoy y hambre para mañana.  Urgidos por la necesidad de cancelar deudas con empleados y proveedores basadas en una mala administración.
 
Sabemos que en una institución con las cuentas ordenadas, no hay necesidad de este tipo de maniobras a no ser que tenga negociados detrás de la firma.
 
Dicen que los U$S 2.000.000 anuales que ingresarán no irán a la compra del Predio Pedernera, ni a la casa de “Lencho” Sola, ni al reacondicionamiento del Bouchardo, ni a los blindex de la Mouriño, ni a las arcas de la Fundación, ni al embellecimiento del Museo ni a ningún proyecto de todos los que nos vendieron en estos últimos años y no se consumaron por, precisamente, destinar el dinero vaya a saber a que bolsillo.
 
En 5 meses Spinosa piensa dejar el club y la consulta con las áreas y espacios políticos sería conveniente para que no sea un ancla y para que este convenio sea parte de la unidad que siempre dice querer.

Sin embargo, arma ahora, una escena de aguas calmas, donde como en la película protagonizada por Darín, reina la armonía pero caen vacas desde el cielo sobre los enamorados.