La primicia fue del periodista Eduardo Ramenzoni
en su twitter, donde se informa que Banfield sufrirá una retención de más de diez millones y medio de pesos, lo que va a perjudicarlo para la contratación de jugadores de cara a la doble competencia de 2018.
Recordemos que Brum jugó en Banfield en la temporada 2012-2013, integró el plantel que descendió y fue uno de los pocos que se quedó a completar contrato en el ascenso bajo la dirección técnica de Daniel Garnero. Al finalizar el semestre, en una maniobra de una torpeza dirigencial sin precedentes, se le dio la libertad de acción pero luego, a las semanas, se le envió una carta documento denunciándolo por abandono de trabajo. Con todo servido en bandeja, Brum inició acciones legales al club y obtuvo sentencia favorable, pero al igual que con el exmanager Clide Díaz, entre otros, se acordaron formas de pago en cuotas que ni Eduardo Spinosa ni su mano derecha, el empleado Martín Moya, cumplieron y por eso se llega a este embargo millonario donde más del 50% de lo que se deberá pagar corresponde a costas, honorarios e intereses, lo que demuestra que, como mínimo, la estrategia judicial de Moya fue pésima.
Habrá que estar atentos a la justificación de Spinosa y su maquinaria de prensa sobre esta nueva negligencia, además de esperar otros embargos por los mismos motivos ya que según informan desde los Tribunales de Lomas de Zamora, el club (de la mano de Moya) ha incumplido sistemáticamente la totalidad de los acuerdos judiciales homologados. Banfield tiene casi medio centenar de juicios laborales sin responder. Esto no lo pagará ni Spinosa ni mucho menos un ave de paso y oportunista como Moya, sino que más tarde o más temprano lo deberá abonar el club.