Alguna vez ya usamos el verso sabinero de “jugar por jugar” para otro deporte y para otro grupo. Y esto se le parece bastante. Tiene un nombre falsete el grupo. Son las “mamis hockey”, pero no. No todas son mamis. Y de las que lo son, no tienen todas a sus hijos o hijas haciendo deportes en el club. ¿Y entonces? Entonces son un grupo de chicas que decidió juntarse a entrenar y a jugar. Pero básica y centralmente, fundamental, decidió pasarla bien.
Muchas son amigas desde antes de verse los miércoles a las 20 en la cancha del predio de Luis Guillón. Otras se sumaron porque sí. Y otras... “Hubo llamadas entre amigas. En varios casos seguíamos en contacto después de compartir alguna categoría acá en el club. Y nos buscamos por las redes”, contó Fernanda “Pitu” Romero, que se cargó la tarea de armar algo así como un grupo. Y dijo más: “Es difícil organizar los tiempos, pero siempre se vuelve. Es casi una forma de vida”.
Sale a bancarla María Vega, ex jugadora del club: “Acá se juntan tres elementos: que jugamos, que lo hacemos entre amigas, y que lo hacemos en el club”. Claro, su caso es especial: integrante de casi todas las categorías banfileñas, hizo una pausa solo para estudiar y cuando fue mamá de sus mellizos -Lola y Felipe, menos de un año y con futuro cantado de deportistas nuestros- ahora volvió. “Me pareció una gran idea volver. Nos divertimos mucho. Y la verdad es que amamos jugar”, explica.
Fernanda ubica al grupo: “De alguna manera, es como si nos estuviéramos conociendo en el juego. Pero jugamos algunos amistosos y no descartamos una liga en el 2018”.
Parte de la responsabilidad de lo que pase con las “mamis” es del entrenador, Facundo Ledesma, jugador del club. “La idea es armar un equipo sólido, pero atendiendo las dificultades de juntarnos y entrenar. Hay madres de chicos muy chicos, madres muy ocupadas, varias que además trabajan fuera de sus casas...”, cuenta. Y deschava el engaño: “Dicen que vienen como forma de cuidarse, pero después sale la competencia; así que de acá a diciembre veremos, y después quién sabe...”. Y para terminar, resalta “el ensamble entre chicas con experiencia y otras que nunca jugaron”.
Y ahí van ellas, apuradas, volviendo, con mil planes. Con alguna, ejem, edad no habitual... Pero con todas las ganas.