sábado, 15 de julio de 2017 - 22:05

Vuelve Jesús

Hace unos 10 años Daniel Varela imaginó ficcionalmente el posible regreso de Jesús Dátolo que hoy, ya confirmada su vuelta, se concreta. Aquí lo reeditamos en nuestra sección cultural.

datolo banfifeldJesús había nacido en un humilde pueblito en donde el color de la tierra se fusionaba con los seres. Su mamá alimentaba a la familia cocinando para otros y su papá, haciendo casas para otros. La pobreza lo llevó, desde chico, a probar suerte con el pan. Unificados por el alimento y la vivienda, que siempre fue lo primordial en esos pagos donde lo humanamente obvio se transforma en humanamente imprescindible por la ineptitud –o la indiferencia- de muchos, la cocinera y el albañil le dieron magia a la zurda del hijo.

Y llegó por fin la salvación de los débiles. El alimento pasó a un segundo plano por la gracia de sus piernas. Alguien le dijo que fuera a probarse. Con el hijo del panadero fue. Y quedó.

Llegó lo que hace 15 años atrás no imaginábamos: su gracia goleadora desde la mitad de la cancha o a centímetros del arco, el cabello encerado de aquellas modas y las primeras voces oficiales que nos pronosticaban ser el nuevo Vélez. Aquella primera Copa Libertadores y la chapa de coperos. ¡Quién diría! Hace 15 años no habíamos alzado aún una copa con el sudor de los pobres tras más de un siglo de historia. ¡Quién diría! Se trataba de ser provocativos e insolentes, de llevar la imaginación teórica a todos los extremos que se pudiera acceder. Necesitábamos despertarnos nosotros. Llevábamos más de un siglo dormidos, disminuidos, convencidos desde afuera y desde adentro de nuestra insignificancia. Necesitábamos despertar, defendernos. ¿Acaso el capitalismo no se construyó sobre la base del saqueo? Y la víctima más fructífera de ese saqueo fue el sur,  la periferia: nosotros; la condición de posibilidad del capitalismo en tanto despojo. Despojos por la virtuosidad de La Boca o Núñez.

Pero antes del saqueo, el mediocampo fue su Ilión y el área rival su Helena. ¡Cómo no recordarlo! La batalla homérica se había trasladado a Tokio y Helena debía ser rescatada del cerco barcelonense. Magistralmente avanzó por el vallado derecho, franqueó a tres guerreros españoles y encaró el fuerte iluminado por Amaterasu y demás divinidades orientales. El grito agónico de la tribuna rival y el triunfo de los saqueados.

Aunque otras veces despojados (la historia jamás se repite), ahora vuelve Jesús. A esta altura ya sabemos mucho de divinidades.