domingo, 16 de abril de 2017 - 19:28

Lo de Diego Abal terminó siendo penoso

Por Guido Cichello. El árbitro cobró un penal inexistente y terminó dejando al equipo con 10 hombres cuando tenía chances de llegar al empate ante Godoy Cruz. El Tomba aprovechó bien el horror del árbitro para decretar, desde los once pasos, el 3 a 1 final.

abalAsí como los jugadores reciben sanciones cuando cometen errores, lo mismo debería suceder con los árbitros, en éste caso, fue Diego Abal quien terminó condicionando un partido que pudo haber sido para cualquiera. Es cierto que en el segundo tiempo Godoy Cruz hizo mejor las cosas y que Abal no tuvo que ver con ello, pero su accionar en la jugada de Carlos Matheu en donde le pareció ver una mano que no existió, terminó de darle el golpe de gracia a un Banfield que ya venía golpeado por el 2 a 1 y sin respuestas futbolísticas. Es más fácil culpar al árbitro y no mirar puertas adentro para analizar el trabajo del Taladro, así todo, la falla arbitral existió, y el equipo volvió a tener un andar irregular, con rendimientos muy por debajo de lo normal en puestos claves del campo.