Por Guido Cichello. Sin jugar bien, pero sin merecer perder, el equipo se quedó sin nada a poco del final por el cabezazo de Cabral. No hubo puntos altos en Banfield pero los tres puntos fueron demasiado premio para un Olimpo que festejo la victoria como si hubiese sido una final. Hay mucho por mejorar en el Taladro que lleva dos derrotas de manera consecutiva y sin anotar goles.

Era el partido ideal para salir de perdedor. La injusta derrota ante Boca parece que caló hondo en el ánimo del equipo. Hoy Banfield perdió por varios motivos. Primero porque no tuvo la precisión en los últimos metros y porque Olimpo anotó, a poco del final, una de las pocas que tuvo. En cuanto al juego, fue de ida y vuelta. Por momentos entretenido pero por otros se prestaban el balón casi sin sentido. Defensivamente no se pasaron mayores sobre saltos, en el medio campo ganaron y perdieron en igual medida y ofensivamente siguen con la pólvora mojada. Se vió a un Cecchini lejos de su nivel, al igual que Remedi. Bertolo no desequilibró como nos tiene acostumbrados y Sarmiento continuó con intermitencias. Cvitanich corrió más de lo que jugó y Banfield murió en la intrascendencia de siempre. Es cierto que no mereció perder, pero tampoco ganar, quizás el empate hubiese sido lo que más se ajustó al trámite del partido. Habrá que barajar y dar de nuevo, sabiendo que el próximo rival será Unión de Santa Fé, equipo que también necesita levantar anímicamente tras haber perdido, en su estadio, el clásico santafesino ante Colón.