martes, 06 de septiembre de 2005 - 01:20

Resultado mentiroso

CON UNA ACTITUD OFENSIVA Y UNA PERSONALIDAD APLAUDIBLE, BANFIELD SALIÓ A JUGAR COMO JAMÁS LO HACE UN EQUIPO ARGENTINO EN BRASIL. MERECIÓ Y PUDO HABERLO GANADO, PERO INEXPLICABLEMENTE SE QUEDÓ CON LAS MANOS VACÍAS. POR LO VISTO, QUEDA TODA LA ILUSIÓN INTACTA PARA LA REVANCHA. Por Manuel Spinosa.\n\nA simple vista parecía estar presenciando un encuentro en el Florencio Sola, en el que El Taladro recibía a un equipo de la B Nacional; el rival no podía superar mitad de cancha, el dominio de Banfield era abrumador; el riojano Leiva la manejaba a su antojo, Dátolo dibujaba con su endiablada zurda, Lujambio se movía inquietando por todo el frente de ataque, Sand la aguantaba, Galarza se mandaba, Lux acompañaba, hasta los laterales se animaban... Pero la realidad indicaba que el encuentro era en Río de Janeiro ( estadio de Vasco Da Gama), y el local era nada menos que el puntero del campeonato Brasileirao: el Fluminense ( venía de hacer 15 goles en sus últimos 3 partidos). Por eso, sorprendió a propios y extraños la manera y la actitud con la que salió a afrontar el match el equipo dirigido por el "gato" Leeb. En menos de 5´El Taladro ya había llegado en 3 ocasiones con posibilidades de convertir en el arco brasilero. Por lo tanto, lo que a esta altura no sorprendió fue la apertura del marcador a los 12´, cuando Dátolo - que había iniciado la jugada- recibió un centro de Galarza, y entrando por el segundo palo, de derecha, la puso junto al poste. Lástima que no hubo tiempo ni de que se pongan nerviosos los locales, ya que al minuto, en una jugada desgraciada, la pelota le pasó entre las piernas a Barraza y le quedó servida a Leandro para igualar. Los dirigidos por Leeb siguieron dominando las acciones, hasta que a los 26´, el Fluminense se quedó con uno menos por la expulsión de Leandro ( doble amarilla). Contradictoriamente a lo previsible, El Taladro no pudo capitalizar el hombre de mas en forma inmediata. Y recién en el arranque del complemento, otra vez los banfileños volvieron a tomar las riendas del partido. Y las situaciones para marcar la diferencia empezaron a llegar, la mayoría como consecuencia de jugadas elaboradas con alto vuelo futbolístico. Lo tuvo Lujambio 2 veces ( un cabezazo, tras centro de Dátolo, se fue rozando el palo), y el propio Jesús tuvo la mas clara al quedar mano a mano frente al arquero y su remate fue tapado por las piernas del arquero local. Estaba para Banfield. Así lo vió el "gato" y se la jugó mandando a la cancha a Cvitanich y Barrionuevo. Sí, en Brasil, ante el puntero brasilero, el técnico banfileño apostó a ganador. Ahora, con el resultado puesto habrá quien diga que el partido estaba para cerrarlo en empate. Pero seamos sinceros: vos que estabas en la tribuna del Sao Januario, o en la Valentín Suárez bajo la llovizna disfrutando de la pantalla gigante, o que lo estabas siguiendo por la AM 1.500, o que te quedaste sin saber el resultado hasta los 2 de la mañana para verlo en diferido por Fox Sports, habrás sentido el mismo orgullo y tenido la misma sensación que nuestro entrenador. Estaba para ganarlo, daba para ir a buscarlo. Aplausos para la actitud del DT. ¿ Salió mal? Y bue... Nadie contaba que el árbitro no advirtiese la posición adelantada de Tuta en el segundo gol, y no se esperaba la jugada de otro contexto del tercer gol. Fue 3 a 1, injusto, inmerecido, inexplicable por lo visto en el terreno de juego. Queda la bronca por el resultado final, pero toda la tranquilidad, la confianza y la fe intacta, que en dos semanas esto se puede dar vuelta en casa. Tanto el cuerpo técnico, los jugadores como los hinchas, estamos convencidos de ello. Jugando de ésta manera, el pase a cuartos de final está al alcance de la mano.